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EL ENVEJECIMIENTO EN LAS MUJERES
Esther Morales León – Psicóloga Clínica
www.esthermorales.cl
El envejecimiento es común a hombres y mujeres y ocurre naturalmente con el paso del tiempo, en la Edad Media quienes lograban sobrevivir a las pestes, las guerras, la enfermedades, las plagas, llegaban a la vejez y al fin de sus vidas cerca de los cuarenta años, en cambio hoy en día el acceso al agua potable, la alimentación balanceada, las vacunas, los antibióticos, el ejercicio físico, una casa que nos protege del clima, nos llevan a tener una esperanza de vida sobre los 80 años.
La palabras vejez, envejecimiento, tercera edad, ancianidad, etc. tanto en hombres como en mujeres, producen un natural rechazo aún cuando es la consecuencia natural del avance de nuestra edad y que en realidad representa el “logro personal” de mantener la vida, superando todo tipo de pruebas y obstáculos como : rupturas de pareja, cambios de casa, de trabajo, accidentes,enfermedades, la crianza de hijos, conflictos de pareja y familiares, problemas económicos, etc., por lo tanto las personas mayores hemos sido “exitosas” en la prolongación de nuestra vida, a pesar de todos las situaciones anteriormente mencionadas.
Sin embargo al avanzar en edad nos insegurizamos, rechazamos los cambios de nuestro cuerpo, nuestro matrimonio se pone monótono y complicado, el trabajo nos desmotiva, nos cansamos más, se acerca la jubilación, algunos amigos ya no están, miembros de nuestra familia de origen ya han fallecido y estamos atravesando un duelo por divorcio o viudez y aunque estos temas no son privativos del envejecimiento sino que pueden ocurrir en cualquier momento de la adultez, nos golpean más fuerte cuando somos mayores.
Como siempre es mas evidente lo que se puede apreciar a simple vista, en el caso de las mujeres, el aspecto físico, el cuerpo, el rostro y el pelo, es altamente relevante, desde que somos pequeñas y las niñas y adolescentes que son bonitas, tienen mayor aprobación familiar y social que las que no son tan agraciadas, sin embargo sabemos que el fenotipo de una persona es sólo un azar genético y no responde a un logro personal.
Cuando comienza la pubertad y empieza la atracción del sexo opuesto, es habitual que jóvenes más atractivos de ambos sexos sean los más requeridos por sus pares para iniciar vínculos afectivos y sexuales, sin embargo en el caso de la mujer comienza una desmedida preocupación por el peso corporal maquillaje, la ropa, el peinado, el ejercicio para mantenerse delgada, etc.,como una garantía de lograr ser elegida por los varones.
Esta dedicación por el aspecto físico continúa a través del tiempo hasta la edad madura y determina la autoestima, la seguridad en si misma, en forma mucho mas intensa que en los hombres. La industria de la belleza, maquillaje, cirugías y de la ropa recibe millonarias ganancias, debido al gasto que hacen las mujeres en su aspecto físico, pero muchas de ellas no son capaces de valorar las ganancias que trae el aumento de la edad, su mayor intuición e inteligencia, logros académicos, laborales y económicos, desarrollo trascendente o espiritual y por sobre todo la madurez que trae consigo el ser esposa, madre, profesional, abuela, etc.
A través de mi vida personal y profesional, he visto a muchas mujeres relativamente jóvenes que se maltratan a sí mismas con dietas de hambre, viven con hombres que las maltratan, dedicadas a hijos que no agradecen nada, en trabajos mal pagados donde no crecen, encargándose de apoyar a padres manipuladores, dominantes que las debilitan y que como si esto fuera poco, gastan gran parte de su dinero en la casa y la familia y se sienten culpables cuando se dan gustos personales.
Al aumentar en edad muchas mujeres ya están separadas, divorciadas o viudas, se encargan de cuidar su salud, han logrado buenos puestos laborales, tienen bienes materiales como propiedades o un vehículo por ejemplo, los hijos ya se han ido de la casa, pueden viajar, ingresan a talleres, cursos y empiezan a avanzar en su desarrollo espiritual, lo cual es una gran ventaja frente a hombres que no se cultivan, solo hablan de trabajo o de fútbol y envejecen obesos, adictos al cigarro o al alcohol y con enfermedades producto de su estilo de vida, las cuales descubren tardíamente porque nunca se hacen chequeos médicos. En muchos cursos, talleres y encuentros de desarrollo personal en los que he participado después de los 50 años, he visto que el 90 % son mujeres de diferentes edades.
Una mujer puede envejecer en forma bastante positiva si cuida su alimentación, toma suplementos y vitaminas, hace ejercicio en forma regular, cultiva pocas pero buenas amistades, trabaja en lo que le gusta y le recompensa, puede querer estar sola o con pareja, decide con que miembros de su familia está en contacto, viaja dentro de su país o al extranjero, cultiva su intelecto con buenas lecturas y se encarga de su parte espiritual y trascendente.
Personalmente, soy una mujer mayor con buena salud, vivo sola porque no necesito vivir con una pareja en la misma casa, mis dos hijos ya no están conmigo, el mayor vive en Holanda con su familia y el menor falleció el año pasado de una enfermedad neurológica que lo acompañó toda su vida y que estoy segura es un ángel que me cuida desde el cielo.
Vivo en una hermosa ciudad cerca del mar, trabajo en forma particular como psicóloga clínica la cual ha sido mi profesión de toda la vida, que me ha traído enormes satisfacciones y crecimiento personal, escribo artículos que publico en mi sitio web, practico yoga y caminatas porque no me gustan los gimnasios, me gusta mucho leer, medito y cultivo mi parte espiritual desde que tengo 20 años, no temo a la muerte, porque la veo como una transición del alma a otros planos después de cumplir nuestra misión en la tierra, estoy agradecida por todo lo vivido, por mis dolores y alegrías y por haber podido ayudar a todos los pacientes que he tenido a través de los años a ser un poco más felices.
Si eres una mujer de más de 50 años y no tienes pareja ni hijos que te acompañen, aprende a ser tu propia pareja tu mejor compañía, realiza actividades que te gusten y te gratifiquen, atrévete a viajar sola o con alguna amiga, trabaja menos o crea algún emprendimiento, realiza talleres de desarrollo personal, cultiva tu parte espiritual, realiza algún voluntariado o dona algo de dinero a causas sociales, agradécete a ti misma por todo el amor que has entregado, por tus hijos y nietos, por las parejas que te han acompañado en alguna etapa de tu vida y sobre todo por haber sido exitosa en llegar a esta edad, la edad dorada de la madurez, la cosecha y la libertad personal.