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LA NUEVA TIERRA

Esther Morales – Psicóloga Clínica y Educacional – CHILE

Nuestro amado planeta, atraviesa momentos difíciles, se ha quebrado su maravilloso equilibrio y la especie humana está recién despertando a una potente verdad : somos nosotros quienes hemos hecho un enorme daño, al mundo en el cual nacimos y que es nuestro único hogar. Esta dolorosa constatación, ha producido un movimiento energético a nivel mundial y muchos seres humanos están cambiando hábitos, diseñando nuevas tecnologías, reciclando, alimentándose con productos orgánicos, limpiando los mares, plantando huertos en sus casas, usando energía solar o eólica, creando grupos de protección animal, etc., también nos da esperanza que los niños que están naciendo, quienes serán los adultos del mañana, vienen con una nueva conciencia y son naturalmente ecológicos y espirituales.

En nuestro país, a partir del estallido social de octubre del 2019, muchas personas han tenido un despertar como nunca antes, ahora vemos claramente, que muchos compatriotas vivían en condiciones de pobreza y desvalimiento, se rompió la burbuja que nos tenía a todos convencidos de que éramos un país “desarrollado” y nos dimos cuenta de que el PIB era el reflejo de las exorbitantes ganancias de los grupos empresariales, de los bancos y de empresas dirigidas por grupos extranjeros. Hoy tenemos un nuevo gobierno, estamos cerca de cambiar la Constitución de la República, los ciudadanos comienzan a participar en la construcción del nuevo Chile, más justo y democrático, se han mejorado en algo las condiciones económicas de los más pobres, pero aún falta mucho por hacer.

En el aspecto individual, he visto a personas tomando conciencia de cuanto tiempo llevaban sintiéndose mal y se decidieron finalmente a pedir ayuda psicológica o de terapias complementarias, con la intención de sanarse y cambiar su calidad de vida. Las heridas del pasado pueden sanarse, todos podemos ser un poco más felices y descubrir que somos seres maravillosos, con derecho a vivir en armonía con nosotros mismos y con nuestro entorno.

Haciendo un recuento, de la pandemia que afectó a nuestro país y al mundo en el año 2020, esta comenzó cuando nos cayó encima algo así como un “avalancha” : nos enteramos por los medios de comunicación masivos que un virus desconocido, empezó a infectar a personas de diferentes países y también llegó al territorio nacional, a través de viajeros que regresaban al país. En un dos por tres, estaban cerradas las fronteras, la gente se tuvo que encerrar en sus casas, y sólo quedaron abiertos negocios de primera necesidad. Si bien muchos enfermaron de Covid  y otros fallecieron, el mundo no se detuvo y en el aspecto positivo fuimos obligados a dejar de correr y al suspender muchas de nuestras actividades cotidianas, tuvimos más tiempo para mirarnos a nosotros mismos, contactarnos con nuestra la familia, analizar si teníamos la vida que queríamos o no, e igualmente pusimos a prueba nuestros mayores miedos : a la supervivencia, a la enfermedad y a la muerte. En el año 2022, volvimos progresivamente a la normalidad, pero con evidentes cambios en nuestra forma de ver la vida, lo cual trajo para muchos, cambios positivos en los trabajos, familias y en la vida personal de cada uno de nosotros.

En resumen, han tenido que pasar cosas terribles y remecedoras a nivel planetario, nacional y personal, para que se empezaran a producir cambios, es como si estuviera llegando una nueva luz, que nos aterriza en la cruda realidad, muestra descarnadamente lo que está mal y ya no es posible engañarse más, ni continuar en lo mismo de siempre, porque simplemente esto ya no es posible.

Desde hace ya algún tiempo y a través de canalizaciones, videos, audios, textos, nos enteramos de que el planeta entró a un cinturón de fotones, que la vibración está subiendo, se dice que la tierra hoy gira a mayor velocidad, la llamada frecuencia Schuman está en sintonía con las ondas del cerebro humano y esto hace que el día se perciba como de 16 horas. Este cambio nos llevará a una nueva dimensión espacio-tiempo, donde empezarán a debilitarse los más grandes poderes, políticos, religiosos, económicos y surgirá una nueva conciencia, que no permitirá el dominio del mal, en la forma poderosa que ha controlado todo, hasta ahora. El amor, la armonía, la paz, la protección de la Naturaleza, la aceptación de que todos somos hijos de la Divinidad, son grandes anhelos, que empezarán a ser cada vez más masivos y ya no serán patrimonio de algunos iluminados, de pequeños grupos espirituales o de órdenes espirituales secretas.

A nivel individual, quienes estarán mejor preparados para estos cambios magnéticos y gravitacionales de la tierra, serán quienes hayan trascendido sus miedos y rabias, quienes se alimenten en forma más natural, respiren profundamente en diferentes momentos del día, especialmente cuando están más estresados y alterados, aquellos que tomen agua constantemente para mantener hidratado su cerebro, SNC, y todos sus órganos vitales, quienes tengan mayor cantidad de pensamientos positivos y creativos, las personas que eviten tener relaciones tóxicas, trabajos rutinarios y no evolutivos, quienes escuchen música de alta vibración, como por ej. música solfeggio o con sonidos de la naturaleza.

Es fundamental especialmente para las personas que viven en grandes ciudades, tener contacto con la naturaleza, sea ésta campo, playa o montaña. El campo nos conecta con la tierra, los alimentos, los animales, el mar equilibra nuestras emociones y la montaña, nos da fuerza y nos acerca a lo superior. La meditación como una práctica diaria de entrar en conexión con nuestro ser interior, aquietar la mente y relajarnos de las tensiones cotidianas, no necesita ninguna preparación especial, cualquier persona puede hacerla, basta con cerrar los ojos, tener la columna recta estando sentados, y las manos en posición de recibir con las palmas hacia arriba. En estos momentos podemos orar, recitar algún mantra, o simplemente sentir la voz de nuestro espíritu.

Es recomendable, que al estar en meditación restauremos nuestro campo áurico, como una medida de protección energética, lo podemos visualizar como un campo ovalado que vibra y rodea todo nuestro cuerpo, podemos elegir su color : blanco luminoso para recordar que somos seres de luz, violeta para transmutar, verde turquesa para limpiar, rosado para empezar a amarnos, azul para protegernos de todo mal.

La Nueva Tierra está naciendo, el parto es doloroso, pero necesario, quienes tengan que desencarnar lo harán, quienes se queden, tendrán que liberarse de sus viejas vestiduras y tomar otras nuevas, más acordes con los nuevos tiempos, la conciencia de que somos seres espirituales encarnados, todos hijos de la Divinidad será real, desde los niños hasta las personas mayores entenderemos de una vez, que en un universo tan basto hay otras otros mundos habitados, algunos muy superiores nosotros y otros en proceso de crecimiento, pero por sobre todo seremos capaces de amar, honrar y respetar a Gaia, nuestra amada Tierra, nuestro único hogar y también el de millones de seres pertenecientes a los tres reinos, mineral, vegetal y animal. El reino invisible y de frecuencias superiores, será considerado algo real y podremos cambiar nuestra frecuencia vibratoria a voluntad, escuchar a nuestra intuición, comunicarnos telepáticamente, sanar con las manos y tendremos absolutamente claro que la unidad de nuestra especie, nos conducirá a un futuro más luminoso, donde la frecuencia del amor sea natural, normal y la mayor aspiración de todos y cada uno de nosotros.

 

Que Así Sea, en éste y en todos los planos y dimensiones.


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